Una actitud mental positiva marca la diferencia. Hay personas, que sin darse cuenta, se centran siempre en lo malo y eso hace que sin querer se autosabotean. Una parte de la felicidad se consigue satisfaciendo las necesidades básicas, pero otra muy importante está relacionada con la mente, la gestión de las emociones y la voluntad de priorizar los pensamientos positivos.

Ser feliz es también un hábito. Tener una actitud positiva se puede aprender mediante técnicas y ejercicios simples que pueden ayudarte a conseguir lo que te propongas ya alcanzar tus objetivos. Así pues, esta nueva temporada que llega puedes proponerte mejorar tu salud psíquica, y por tanto, tu felicidad. ¿Cómo?

  • Aumentando el amor propio
  • Rodeándote de personas positivas
  • Centrándote en lo que puedes controlar
  • Identificando todas las cosas buenas de las que puedes disfrutar todos los días
  • Orientando tus pensamientos a objetivos concretos
  • Siente agradecido
  • Compartiendo tu generosidad
  • Visualizando el éxito
  • Sonriendo

El pensamiento positivo busca siempre el lado positivo de las cosas incluso en las peores situaciones. Siempre es posible encontrar el lado bueno de las cosas, por mucho que el contexto en el que vivimos pueda sobrepasarnos. Así pues, si quieres tener una actitud positiva, no dejes que la negatividad te atrape, trabaja todos los días para conseguir objetivos claros y realistas y elige un entorno social que te ayude a ser mejor persona.

Los beneficios de tener una actitud positiva 

Además, los beneficios de una actitud positiva son muchísimos. Las personas positivas tienden a tener menores niveles de estrés, puesto que se enfocan más en la solución que en los problemas, tienen el sistema inmune reforzado y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares es menor, una mejor actitud frente a ellos mismos (autoestima) y la vida, mejores relaciones interpersonales y bienestar en general, que se traduce en mayor felicidad.

Todas las emociones son importantes

Es importante, eso sí, aceptar y escuchar todas nuestras emociones. Todas ellas son valiosas y nos aportan información sobre nosotros mismos y sobre qué momento vital estamos viviendo. 

Pero mirarlas de manera positiva (sabiendo que todas ellas son importantes) te ayudará a transitarlas de una forma provechosa y acompañadas de crecimiento personal. Eso también es actitud positiva.  

Ahora que sabes todo lo que una actitud positiva puede aportar a tu vida, es momento de ponerla en práctica. ¡No olvides tu salud emocional! Y, siempre que sea necesario, apóyate de profesionales. Están aquí para acompañarte.